Durante el invierno, es probable que encontremos algunos problemas comunes en las calderas. Porque, aunque funcionan durante todo el año para calentar el agua de nuestro hogar, es normal que en invierno le demos un uso mucho más intensivo. Por eso es recomendable preparar la caldera para minimizar la probabilidad de que ocurra algún fallo en estos fríos meses.

Estos errores incluyen, entre otros, la falta de combustible, la entrada de aire en el sistema, bajadas de presión, problemas de congelación, problemas de encendido, problemas con el ventilador y problemas con la presión del agua, por ejemplo.

Evitar averías en la caldera durante el invierno

En otro momento hablaremos de cada posible error, pero aquí te contamos unos sencillos pasos preventivos que puedes realizar para evitar los inconvenientes que la caldera nos puede causar durante el invierno.

  • Revisión de caldera

Una revisión periódica incluye revisar los filtros, los sellos y las juntas, verificar la presión del agua y del aire, inspeccionar el ventilador y limpiar el área alrededor de la caldera. Contactar con un profesional que ofrezca el servicio de mantenimiento para que realice esta inspección es la mejor opción.

También hay que verificar si hay suficiente combustible para el invierno y asegurarse de que todos los dispositivos de seguridad estén conectados y funcionando correctamente.

  • Poner caldera en modo invierno

Ponerla en modo invierno significa ajustar la calefacción para que no solo trabaje calentando el agua para el hogar. Normalmente disponen de unos botones concretos que cambian del modo verano (o solo ACS) al modo invierno. Así además de calentar el agua sanitaria, calentará el agua del circuito de los radiadores.

Por otro lado, hay que ajustar la temperatura de la caldera para que sea la adecuada para el entorno. En verano la tendremos a 45º aproximadamente, pero en invierno tendremos que subirla a 60º para mantener un buen nivel de confort.

  • Purga de radiadores

Es importante purgar los radiadores para asegurarse de que estén libres de aire. Esto se hace abriendo la válvula de purga de cada radiador y dejando que el aire salga hasta que el agua comience a salir. Luego, se debe cerrar la válvula y repetir el proceso hasta que nos aseguremos de que todos estén completamente purgados.

  • Comprobación de la presión

La presión ideal varía en función de cada marca, pero es habitual que los valores óptimos se encuentren entre 1 y 1,5 bar. Si la presión está por encima de esto, hay que abrir la válvula de la caldera para liberar el exceso de presión o purgar los radiadores. Aunque las calderas tienen sus propios sistemas de seguridad., como por ejemplo una válvula de seguridad que libera presión cuando se superan los 2 bar.

Si la presión está por debajo de 1 bar, hay que rellenar el sistema con agua hasta alcanzar el nivel adecuado. Si los valores ideales no los marca el manómetro o la pantalla de tu caldera, es conveniente que preguntes a tu servicio técnico de confianza para que puedas tener anotada la referencia.

  • Comprobación de termostato

Primero, hay que asegurarse de que el termostato está funcionando correctamente ya sea digital o analógico. Tendremos que ver que mande la orden a la caldera cuando se baje de la temperatura ideal indicada. Por último, hay que asegurarse de que el termostato esté ubicado en el lugar adecuado para permitir que la calefacción se active y se apague en los momentos adecuados. Lo ideal es instalarlo en una pared interior de la vivienda, en una habitación que utilices de forma habitual a una altura media entre el suelo y el techo.

 

La mayoría de los problemas pueden ser causados por una mala preparación de la caldera para el invierno, por lo que es importante seguir los pasos necesarios para prevenirlos. Si notas que el funcionamiento no es el correcto, es importante contactar a un profesional para solucionarlos.